EL VALOR DE LO INTANGIBLE.

Hace unos 13.800 millones de años, una explosión creo nuestro universo, el “big bang”. La energía de ese petardo fue tal que siguió empujando la matería durante millones de años dejando tras de sí planetas y galaxias y todo lo demás. Pero tras ese empujón inicial, la gravedad de todas esas formas provocará que todas ellas comiencen a fundirse entre sí, y cada vez más y más, hasta que se unan en otra nueva explosión, el “big crunch”.

Esto es lo que me enseñaron en el colegio hace 30 años. Pero hay un problema. Los planetas y galaxias siguen alejándose entre sí cada vez más rápido. Hay algo que sigue empujándolos. Algo que no sabemos que es, que no puede verse ni tocarse. De momento lo han llamado energía oscura y es uno de los misterios más grandes del universo, considerándose que el 80% de la energía del universo, es energía oscura. Es decir, la mayoría.

Está ocurriendo algo parecido en la tierra. Cada vez está habiendo menos pobreza, pero cada vez más desigualdad, esto es una paradoja, ¿verdad? Las razones no están bastante claras. Algunos apuntan a la automatización de la economía, la llegada de máquinas y programas informáticos que pueden hacer infinidad de tareas por un precio menor que un humano. Sin embargo, los expertos en automatización afirman que no solo la automatización es el motivo de este fenómeno.

¿Y si hubiera una materia oscura en nuestra economía? ¿Algo que no podemos ver ni tocar, pero que está trastocando nuestro mundo? Precisamente hasta final del siglo XX la economía se nos presentaba como algo tangible, algo que se podía tocar. Las empresas exitosas invertían en edificios, locales, fabricares, maquinaría, vehículos, materias primas como petróleo, café o carbón… cosas que eran fácilmente contables y mensurables. Cosas que se reflejaban en la contabilidad de la empresa, entidades físicas. 

Pero a principios de siglo un cambio silencioso comenzó a ocurrir. Las compañías comenzaron a invertir mucho más dinero en cosas como programas informáticos, gestión de datos, crear marcas potentes y mantener su reputación, invertir en I+D, patentar el diseño de esos futuros productos, organizarse de forma más eficiente o de formar a los trabajadores en nuevas habilidades. Invertían en derechos intangibles, que como no se pueden tocar, en algunos casos, no aparecían en la contabilidad de la empresa.  

No es que los intangibles sean nuevos. En 1880 una farmacéutica como Merck ya invertía en investigación y en patentar sus productos, procesos e innovaciones, pero la mayoría del dinero se lo gastaban en los ingredientes y en fabricar herramientas para transformar materias primas como el opio o la quina en medicamentos. Hoy día hay empresas farmacéuticas que valen billones (con b ) sin fábricas, sin gran cantidad de tangibles, y que suben en bolsa de manera exorbitante solamente con la simple expectativa de una investigación en marcha que tiene visos de éxito para solucionar algún problema de la salud pública determinado.  

En 1979, las 7 mayores empresas del mundo eran de petróleo, telecomunicaciones, productos industriales y del hogar. Sumaban miles de millones de dólares en activos tangibles. Comparativamente, sus activos intangibles eran pocos. 

                                                                                                                               Fuente: RankingCharts.

Hoy en día las 7 empresas más grandes del mundo son gigantes tecnológicos (a excepción de Saudi Aramco, la empresa petrolera estatal de Arabia Saudí) y la capitalización de estas suma más de 10 billones de dólares americanos y, cuyo valor intangible podría estimarse en valores de auténtico infarto más allá de su capitalización. La mayoría de los servicios que proporcionan estas empresas no se pueden tocar.

                                                                                                                               Fuente: RankingCharts.

¿Entonces, qué está pasando? En el siglo pasado el valor de un país estaba en sus recursos naturales (petróleo, carbón, trigo, diamantes…). Hoy en día uno de los mayores recursos de Inglaterra es una idea: un niño mago con gafas, Harry Potter. Ese niño ha dado empleo y dinero a millones de personas y transformó a su creadora en una persona más rica que la reina de Inglaterra. Y esto, es conocimiento y propiedad intelectual. Y así es como se llama a esta nueva economía, economía del conocimiento. 

Anteriormente nuestra economía estaba hecha de cosas físicas, en su mayoría. Hoy en día, cada vez más la economía está hecha de ideas, información, conocimiento, emociones… y si, las empresas gastan mucho dinero en generarte emociones. Aunque a ti no te importe.

Como la energía oscura siempre ha estado ahí, pero siendo una parte pequeña de la economía, no nos parábamos en medirla. Sin embargo, poco a poco, se ha hecho tan grande que representa una parte significativa y, aun así, seguimos ignorándola. ¿Qué pasaría si lo contabilizásemos? Pues bien, podríamos llegar a la conclusión de que hay países que son más ricos de los que parece y viceversa, atendiendo a la proporción de valor intangible que recogen cada uno de ellos. 

¿Puede ser el valor intangible la causa, esa energía oscura que nadie ve, la causa última del aumento de desigualdad observada en los últimos años?  Vamos a ver las características de los negocios intangibles y veremos que conclusiones se pueden sacar:

  1. Son muy escalables: no son tan costosos ni lleva tanto tiempo hacerlos, crecen si la idea del negocio es buena. No pasa así en muchas ocasiones con los negocios tangibles. 

Esto hace que la diferencias entre los que dan con un negocio exitoso se magnifiquen. Grandes empresas se expanden sin control.

  1. Tienen efecto derrame: los beneficios de los intangibles pueden ser aprovechados fácilmente por otras empresas, provocando que el trabajo de una sea aprovechado por otra en la consecución de sus objetivos. Y es esto habitual, que negocios que gastaron cantidades ingentes en investigaciones o trabajos que no les llevaron a ninguna parte, sean aprovechadas por otras posteriormente para crear modelos de negocios exitosos. Riesgo para los pequeños en la relación coste-beneficio que soportan. 
  1. Tienen costes hundidos: antes si las cosas iban mal para una compañía, cerraban y vendían sus activos tangibles, recuperando parte de la inversión. Pero cuando una empresa de intangibles cierra, lo tiene difícil para recuperar el dinero, porque es difícil vender una investigación en marcha, o una marca en la que has gastado mucho dinero en su promoción.  Los bancos prefieren valores tangibles, pero el futuro está en saber comprar intangibles. 

Quizá un problema sea que, los negocios intangibles tienen en muchas ocasiones problemas de financiación, ya que los bancos, un pilar esencial de nuestra economía bancarizada, presta dinero a empresas y países que tienen valor tangible, porque si no les devuelven el dinero, pueden quedarse con sus posesiones físicas que pusieron como garantía. Pero es difícil que un banco te dé un préstamo, si pones como garantía una cuenta de Twitter con un millón de seguidores, o quizá ya no seria una locura plantear tal cosa, ¿no os parece?

Un país especialista en fabricar piezas de un coche está en desventaja con el país donde radica la empresa que posee la propiedad de la marca de ese coche, que es la que tiene el conocimiento, los diseños, vende el producto final y se lleva la mayoría de los beneficios. ¿No lo veis?, ¿qué tiene?  Ese país tiene lo intangible. 

Sin embargo, al contrario de lo que pudiera parecer, lo intangible siempre estuvo ahí, no ha aparecido en los últimos años por generación espontánea. Lo tangible y lo intangible se apoyan

La vacuna de la Covid-19 es tangible, porque te la puedes inyectar, es una pequeña cantidad de líquido incoloro dentro de una jeringuilla, es real. Pero nunca habría existido si las compañías farmacéuticas más prestigiosas del mundo hubiesen desarrollado investigación y conocimiento. 

Siempre habrá valores tangibles, físicos como un muro de ladrillo, e intangibles, como una idea. Esto no es bueno ni malo, siempre ha sido así y siempre será así. Internet parece una cosa etérea, pero es una combinación de tangibles (hardware, infraestructuras de comunicación…) e intangibles (software, algoritmos, marcas, dominios …). Si nos negamos a ver esta relación, los que si lo vean y apuesten por las ideas, el conocimiento y la investigación, la propiedad intelectual e industrial  y la capacidad de generar conexión y lealtad en tu público objetivo  y demás valores por los que debe apostar un negocio en el siglo XXI,  se pondrán a la cabeza, aprovechando el impulso especial que le otorgan estos valores en el desarrollo de un proyecto, aunque este no se pueda contar, ni medir, ni en kilos, ni en litros, ni en metros, pero si en emociones, en likes y en seguidores, así se muestra el valor de lo intangible, el valor del nuevo éxito. 

  “Ver lo invisible, oir lo inaudible.”

Arthur Rimbaud.

Así que ya lo sabéis, si os gusta alguno de nuestros intangibles a la venta o quieres poner vuestros derechos en venta, marcas registradas a la venta, patentes o dominios, no dudéis en contactarnos, en ellos se podrías esconder el próximo millonario o visionario del futuro. 

Equipo Ipimarket

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